sábado, 24 de septiembre de 2016

Los otros que llegaron de Guantánamo

Fueron seis los expresos de Guantánamo que arribaron en diciembre de 2014, mediante un tratado con Washington. El más notorio fue Jihad Diyab. Los otros cinco también cuentan.

Las personas somos todas distintas y, por cierto, los seis exreclusos de Guantánamo no escapan a esa regla.

Luego de haber arribado a Uruguay, allá, por diciembre de 2014, tuvieron mucha prensa, demasiada quizá. Los vimos pasear por el centro, hacer las compras, preparar la carne ‘a su manera’ y luego asarla, jugarse un picadito. Un día sí y otro también, “los de Guantánamo” se metían en nuestro hogar, a través de la televisión, de la radio, de internet.
 Con el tiempo, nos fuimos olvidando un tanto, y hoy sólo nos quedamos con Jihad Diyab, cuyas reclamaciones al gobierno -acompañada de huelga de hambre seca- porque, según dice, no se cumplió con lo pautado, nos tiene a todos en vilo.

Esta semana, el canciller Rodolfo Nin Novoa aprovechó la Asamblea General de las Naciones Unidas para gestionar un destino a Diyab, que quiere reunificación familiar pero en un país árabe. Aún no se conocen resultados de esas negociaciones, sólo que Jihad comenzó a tomar líquidos, porque la idea no es morirse (o, al menos, esa es la presunción) sino juntarse con los suyos.

Relacionamiento entre los exreclusos

Mientras Diyab encuentra el camino para lograr sus objetivos, las otras cinco personas compañeras de infortunio que llegaron con él, se adaptan al país, sin parecer compartir las medidas de Jihad. Tampoco tienen por qué hacerlo. Cada uno sabe dónde aprieta el zapato.

El palestino Mohammed Tahamatan visitó a Diyab durante su huelga de hambre. Es el único del grupo que lo hizo.

La verdad que el sirio siempre actuó por la libre. Desde el comienzo: en la carta que le enviaron a Mujica, agradeciendo y reclamando, Jihad lo hizo por su lado; no acampó frente a la embajada de Estados Unidos junto al resto; en la reunión con Nin Novoa donde fueron a exigir que se cumpliera con lo prometido, Diyab pidió diez minutos a solas con el canciller; y, por último, en lugar de huelga de hambre, los cinco exreclusos optaron pro enviar una carta a Cancillería donde constaba el malestar con la forma en la que Sedhu dirigió la asistencia hacia ellos.
Caras&caretas

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deja tu comentario


Este BLOG no es propietario (ni pretende serlo) de las imágenes expuestas. Todos las imágenes son propiedad intelectual de sus creadores y fueron obtenidas de la web. Si usted es el dueño o tiene los derechos sobre alguna foto mostrada en nuestro website y desea que no siga siendo mostrada, por favor avísenos y se quitará rápidamente.