¿Por qué los uruguayos no se benefician del petróleo barato?
La abrupta caída del crudo en los mercados no llega al
consumidor uruguayo por diversas razones: impuestos, márgenes de intermediarios
y los números de ANCAP
Cuando el barril del petróleo bordeó los US$ 150 por barril
a mediados de 2008, un litro de nafta Súper costaba en Uruguay $ 33,7 por
litro. Hoy con un crudo Brent a menos de un cuarto de ese valor
(US$ 37 por barril) el mismo litro de gasolina cuesta al
público $ 42,5. Cada noticia diaria que llega de los mercados internacionales
anunciando un nuevo mínimo del petróleo, termina crispando el mal humor de los
empresarios y consumidores uruguayos, que consideran que ese desplome del
commodity no se traslada a su bolsillo debidamente. Y más aún luego que la
ministra de Industria, Carolina Cosse, descartara hace pocos días una probable
rebaja de las tarifas para enero debido a que ese margen se lo comerá la suba
del Imesi a los combustibles que aplica cada año el Ministerio de Economía y
Finanzas.
El barril de crudo en pesos para ANCAP cerró el viernes 25%
por debajo de su paramétrica de costos de importación.
¿Por qué razón entonces las tarifas de los combustibles no
bajaron en la proporción que lo hizo el crudo? Hay varios factores que están
pesando en el precio por litro de nafta que se paga en el surtidor. En primer
lugar, la elevada carga impositiva que aplica Uruguay, así como la evolución de
otras variables como la inflación, la cotización del dólar –dado que el ente
petrolero compra el crudo en dólares pero factura en pesos– y los márgenes que
el ente petrolero le paga a distribuidores, fleteros y estaciones de servicio.
A eso hay que sumarle los costos internos de ANCAP.
El expresidente de ANCAP y titular del Comité Uruguayo del
Consejo Mundial del Petróleo, Andrés Tierno Abreu, comentó a El Observador que
a nivel global la comercialización de combustibles está definida por dos
modelos bien definidos. Uno como el que aplica Estados Unidos donde la carga
impositiva sobre la venta de los combustibles al público es prácticamente nula.
Luego está el caso de varios países sudamericanos (incluido Uruguay) y europeos
donde la carga tributaria tiene un "componente altísimo". Explicó que
eso lleva a que cuando se registran fuertes descensos en los precios del
petróleo –como ocurre hoy– el consumidor final no lo vea reflejado en su
totalidad. En ese sentido, indicó que con una carga de impuestos que ronda al
50% del precio en surtidor, cuando el petróleo cae a la mitad, eso implica que
el costo de importación termine pegando en 25% en el precio que pagaría el
consumidor.
EL OBSERVADOR