Para los trabajadores que cumplen funciones en la tribuna
Ámsterdam y para los hinchas pacíficos que concurren a ese sector del Estadio
Centenario, cada partido que juega Peñarol se ha transformado desde hace
bastante tiempo en una noche de horror.
Los funcionarios (porteros, vendedores ambulantes) reciben
amenazas permanentes de los barra brava carboneros y vienen denunciando esta
situación desde hace tiempo.
Pero también los hinchas están siendo víctimas. En los
últimos partidos ha habido varias denuncias por robos dentro de los baños de la
tribuna Cataldo en el Estadio Campeón del Siglo y en la Ámsterdam del
Centenario.
El domingo, se llegó al extremo de un intento de homicidio
con un revolver. Algo nunca visto en la historia del fútbol uruguayo, pues no
se registran antecedentes de un herido de bala dentro de una cancha de fútbol.
Una hincha de Peñarol que fue testigo de este episodio,
contó lo que vio, lo que temió, lo que vivió durante esa noche negra del
domingo.
Muchas hipótesis se han tejido alrededor de lo acontecido el
fin de semana pasado en el Centenario. Por eso, resulta interesante conocer la
versión de alguien que estuvo en la Ámsterdam. Tal es el caso de Natalia, una
hincha de Peñarol que fue a la cabecera acompañada de parte de su familia y
amigos.
La parcial contó en el programa “Fútbol a lo Peñarol” lo
sucedido. Estaba a pocos metros del baño desde donde “Se escucharon dos
estruendos clarísimos, que eran balazos, no fue el sonido de las bombas. Nos
dimos vuelta hacia el lugar y venía un malón de gente. Ahí mi hermano y mi
novio se pararon para protegerme a mí (está embarazada de 40 semanas). Después
se empezaron a calmar un poco las cosas y comenzaron los comentarios de la
gente”.
Continuó: “Una señora que va siempre nos dijo que vio entrar
a un muchacho, que se puso un pasamontañas y fue para el baño. Parece que tenía
de antemano pensando herir a alguien. Esa mujer evidentemente no va a ir a
declarar porque tiene miedo. Después quise irme del estadio, pero me dijeron
que quizás era más inseguro afuera, porque el que tenía el revólver estaba
afuera”.
Sobre las declaraciones de los involucrados en el operativo
de seguridad, que manifestaron que se realizaron los cacheos correspondientes,
sostuvo: “A mí no me pasaron el detector de metales, y a mi prima tampoco. De
hecho, al único que se lo pasaron fue a mi hermano. Fue solo por una pierna, en
la que justamente tenía las llaves, y no sonó”.
Prosiguió: “Es mentira que hicieron los cacheos como
corresponde. Yo pasé con un bolso y no lo revisaron. No había policías. Es más,
mi novio le preguntó si me iban a revisar, se rieron y dijeron ‘te hago el
famoso 2 x 1’ .
Eso muestra que cualquiera pueda entrar cosas. Acá no revisaron nada”.
“Yo a la Ámsterdam no vuelvo más, y mucho menos con mi hija.
Amo a Peñarol, pero más a mi vida”, cerró.
Los trabajadores
También los trabajadores que cumplen funciones en esa zona
conflictiva sufren cada fin de semana con estos delincuentes. José Luis Otero,
el líder de AFRAUF (el gremio de los funcionarios de recaudación de la AUF)
contó detalles sobre las condiciones en las que desempeñan sus funciones los
porteros de la Tribuna Ámsterdam del Estadio Centenario.
En primer término, Otero explicó que “La Policía no hace más
cacheo, salvo algún encuentro puntual. El control de ingreso corre por cuenta
del equipo local que debe contratar al personal de seguridad según la gente que
concurra. No se controla a toda la gente. Este partido puntual, en la Olímpica
no hubo control en ninguna de las tres puertas. Tampoco hubo en al América. En
la Ámsterdam hubo control selectivo y aleatorio. En puerta 9 le pasó la paleta
magnética todo el público, pero en puerta 10 y 11 no se hizo a todo el
público”.
Ante este panorama, el funcionario que brindó una entrevista
al programa A Fondo de 1010 AM, analizó que “El trabajo se está tornando muy
complicado, se está caminando en el borde del precipicio. La única parte
positiva es que está un poco mejor reforzada la guardia policial que custodia
la puerta. Donde antes había un solo efectivo ahora se pueden ver dos o hasta
tres. Nos da un margen mayor, pero es muy poco el personal que hace el control
de ingreso. La guardia privada que se contrata no es suficiente, y es muy
limitado el control que se realiza, por más que no cuentan con el respaldo
jurídico. La Policía dejó de usar control de paleta magnética porque no es muy
efectiva.
Sigue habiendo hinchas que entran “de favor”
José Luis Otero, un trabajador de muchos años en los
estadios de fútbol, conoce los pormenores de cómo se manejan las barras, es
testigo de muchos hechos y situaciones, y algunas de esas irregularidades las
denunció en esta entrevista. El funcionario explicó que siguen entrando
hinchas” de favor”, en este caso parciales que colaboran con la seguridad del
club, pero que generan malhumor del resto de los hinchas que ven cómo estos
ingresan sin pagar: “Lo que hay es una serie de colaboradores que en su estadio
los presenta, para ayudar con la tarea nuestra. Cuando Peñarol es el equipo
visitante, por medio de alguna figura da la orden con el encargado de la AUF de
que hay determinada cantidad de gente autorizada para ingresar. Se hace un vale
por la cantidad de gente que ingresó y se cobra por la gente que ingresó. Le
hemos explicado a los clubes y no terminan de entender. Para el personal es un
hecho de violencia que una persona venga sin entrada, y uno le está pidiendo a
otro público por otro andarivel, cédula, recibo y todos los requisitos que se
exigen. Que ingrese gente así como así, la persona que tiene todos los
documentos no tiene idea si entra gratis, de favor. Lo mejor para desarrollar
tarea de forma tranquila es que el club entrega acreditación o carnet, porque
genera el enojo de mucha gente, que dice: ‘A mí me pedís todo y él entra como
si nada’. Pedimos que se le diera una entrada, distinta, identificada, una
invitación si era. Que se explicara a quién se le da”.
Las aglomeraciones
También Otero contó cómo es el tema de las aglomeraciones en
los ingresos: “Cuando hay mucho volumen de gente se junta mucha gente y eso
puede ser una situación complicada, puede provocar un hecho de violencia. Acá
las cosas no se arreglan tomando una medida. Esto es un conjunto de medidas a
tomar. No tiene mucha lógica que la violencia viene recrudeciendo, el futbol es
caldo de cultivo y el personal policía se retira del control de ingreso”.
Las amenazas
El presidente de los funcionaros que trabajan para la AUF se
refirió también a las amenazas que reciben: “Somos amenazados. Es pan de todos
los días ser víctima de insultos o agravios, con toda esta exposición, el
próximo partido que me toque trabajar va a ser complicado. Hay mucha gente que
entiende la posición nuestra y la respalda, y en algunos lados hay gente que
nos da para adelante, pero también hay parciales que no lo entienden. Desde
‘buchón’ a muchas otras cosas es lo que el dicen. ‘Acá mandamos nosotros, vos estas
acá porque nosotros queremos’, amenazas de todo tipo y tamaño, pero estamos tan
habituados a trabajar en este entorno que parece que es parte de nuestra tarea.
Hay determinado grupo de parciales que no aceptan no como respuesta”.
“Si les toca ir a la Ámsterdam les cambia el ánimo”
José Luis Otero, presidente del gremio de funcionarios que
trabajan en las puertas del estadio, comentó lo que siente cada compañero
cuando le toca trabajar en la tribuna donde va la barra brava de Peñarol: “Cada
vez que tienen que ir a la Ámsterdam les cambia el ánimo. Por más que se
planifique y se tengan garantías no se sabe qué puede ocurrir. Se supone que no
debería ocurrir. Cuando policía realizaba control también se encontraban armas,
pero mucho más efectiva. Si la policía actúa en función del control de ingreso
los riesgos son menores. El temor lo tengo yo que hace mas de 20 años que
trabajo en esto, y también mis compañeros. Hay una línea muy delgada, estamos
al borde de un precipicio. La violencia se da más en un equipo que en el resto,
pero se da en todos, y no se da la difusión necesaria. Hubo un hecho de
violencia en el Parque Central el sábado. Por lo menos debería haber
determinada cantidad de policías pasando revista en las tribunas más populares.
Habría que negociarlo, y evitar que se acepten las exigencias nuestras pero en
lugar de haber 5-6 efectivos terminan enviando dos. Se dan aglomeración de
público, y para evitar males mayores se libera el ingreso, y esos 400 hinchas
vienen todos de golpe y si bien no se generan avalanchas es imposible hacer el
control debido”.
La Republica
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