Nacional tuvo su fiesta. En su casa, el Parque Central,
recinto inexpugnable durante este Uruguayo Especial , el conjunto tricolor se
consagró campeón en la última fecha, tras una nueva victoria frente a su
público, esta vez por 1-0 ante Boston River.
La copa estaba servida para el equipo de Martín Lasarte, al
que le bastaba con un empate para proclamarse como el mejor equipo del semestre
en este torneo de transición que vale por el título de una temporada.
Pese a eso, a que llegaba con un escenario favorable para
ganar el título, el conjunto albo tuvo un partido complicado en el arranque,
como le pasó en varios encuentros a lo largo del certamen.
Boston River, que de entrada sufrió la baja de su goleador y
figura, Federico Rodríguez, se las ingenió con su juego, con su propuesta de
toque y posesión de pelota, para complicar bastante al conjunto local.
Iban 5 minutos de juego y desde el Olímpico llegaba la
noticia de que Rampla Juniors se ponía arriba 1-0 a Wanderers, lo que le daba
aún más tranquilidad al tricolor para asegurarse el título.
Pero en la cancha había nervios, principalmente en el fondo
de los albos. Fucile intentó rechazar con perfil cambiado y la pelota casi se
le mete a Conde. Además, Polenta, desconocido en el arranque, cometió varios
errores que le permitieron llegar con algo de peligro a los dirigidos por Apud.
La respuesta tricolor la tenía en Sebastián Fernández, el
más claro en el ataque, al bajar unos metros del área para buscar pelotas y
generar juego para las puntas. Era el único iluminado en el ataque de Nacional,
que abusó de los centros dirigidos a los zagueros de la visita.
En la zaga de los albos seguían los yerros. Polenta perdió
en tres ocasiones y en la última, al fallar un rechazo de cabeza, Gurri quedó
mano a mano con Conde y no pudo definir porque la pelota le quedó muy arriba.
Tras esa jugada, el capitán tricolor recibió un llamado de atención de
Victorino, su compañero de zaga, quien intentó tranquilizarlo.
Lasarte, otra vez muy intenso, gesticulaba a más no poder
tratando de ordenar a sus defensores, principalmente a su capitán.
Boston River era más claro al promediar el primer tiempo. El
rojiverde ya había anulado a Papelito y los tricolores solo atacaban con los
centros de Viudez, pero sin que llegaran a destino.
Nacional jugaba poco y dependía de acciones individuales,
como una buena subida de Espino, que culminó con un centro pasado y con una
buena jugada colectiva, a los 41', en la que Silveira aguantó la pelota, tocó
para Romero, éste pasó a Fernández, quien habilitó a Viudez para que rematara y
la pelota fuera rechazada por Berbia. Fue la más clara de los albos, que se
fueron al descanso con la noticia de que Wanderers empataba en el Olímpico
Para el complemento, como en varios partidos, la historia
cambió. El manejo del vestuario durante los descansos parece ser otra de las
claves de Lasarte, quien en varios partidos logró elevar la actitud de sus
jugadores para los segundos 45 minutos.
De entrada, Ramírez –que había estado poco participativo en
la primera parte– encontró una pelota perdida por Klingender en campo tricolor
y aceleró sin marca durante unos 70 metros para llegar al borde del área y
rematar fuerte. Berbia dio rebote y ahí estaba Fernández, el de los goles
importantes, en el lugar indicado, su especialidad, para poner el 1-0 con el
que la copa quedaba a la mano.
El Parque cantó más fuerte sus canciones de campeonatos y
vueltas. Hugo Silveira hacía algunas de las suyas y los hinchas lo aplaudían a
rabiar. Ramírez estaba encendido y era imparable por la izquierda. Parecía que
seguía de largo el conjunto de Lasarte.
Pero tuvo que hacer cambios y el equipo se fue cayendo. A
los 62', Ramírez tuvo que salir por una molestia y en su lugar entró Ligüera,
mientras desde las cuatro tribunas caía el "Kevin, Kevin", en
reconocimiento al extremo izquierdo de buen campeonato y clave en la jugada del
gol.
Luego, a los 72', fue Silveira el que tuvo que dejar la
cancha y en su lugar entró Porras. El cambio le sirvió a Lasarte para reforzar
el mediocampo –Boston River iba al ataque, fiel a su estilo–, pero el DT perdió
peso y altura arriba, donde quedaban tres bajitos, Ligüera, Fernández y Viudez,
para intentar pelear con las torres del conjunto rival.
El partido llegaba al último tramo sin que el tricolor lo
liquidara. Si bien el 1-0 y el empate le aseguraban el título, en el ambiente,
quizás por la costumbre de que hay que cerrar los juegos, aún no estaba la
sensación de que el título ya era tricolor.
A los 78', Sebastián Rodríguez entró por Arismendi, también
sentido, y recién a los 83' el tricolor tuvo una chance clara en una jugada
colectiva con toques bajos entre Porras, Rodríguez, y Ligüera, quien habilitó a
Romero, pero el volante definió muy mal, cuando estaba solo ante Berbia.
El reloj llegaba al minuto 85, Boston River no mostraba
claridad, el tricolor estaba sólido atrás y a partir de ahí comenzó la fiesta
del campeón. Los suplentes empezaron a saltar en el banco, el Parque cantó
desde las cuatro tribunas y el partido pasó a los festejos tras el pitazo
final.
El Nacional efectivo de Lasarte, el de los goles salvadores
de Ligüera, el del invicto en el Parque, el de los goles de Papelito, las
corridas de Ramírez y Espino, las moñas de Viudez y los arranques de Silveira.
Ese Nacional se quedó con el Uruguayo Especial. Fuente: www.REFERI.uy
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