El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, informó que cada persona privada de libertad le cuesta al Estado 10.200 dólares al año, por sus gastos de alimentación y de mantenimiento del establecimiento. Esto implica 102 millones de dólares por año para el total de la población carcelaria.
Bonomi aseguró que "no es algo que se plantee exclusivamente por el ahorro", ya que las penas alternativas conviven con la iniciativa de eliminar el beneficio de la libertad anticipada para los presos que son reincidentes de delitos graves.
Por su parte, el diputado nacional, Gustavo Penadés, opinó que en las cárcerles se invierte mucho pero que los resultados no son los esperados. "Cuando un preso cuesta al país hoy US$ 850 por mes y el nivel de reincidencia está por encima del 50%, es un indicador de que la reeducación en las cárceles no está funcionando bien", aseguró.
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