Se fue el sirio que prefería estar en Guantánamo antes que
en Uruguay
Jihad Ahmad Diyad cruzó la frontera seca entre Uruguay y Brasil en el Chuy y no lo volvieron a ver. La embajada uruguaya en Brasilia no recibió notificación.
Sin decir adiós, Jihad se fue. El exrecluso de Guantánamo, Jihad Ahmad Diyab, que llegó a Uruguay en carácter de refugiado en diciembre de 2014, junto a otros cinco, ingresó a Brasil. Así lo confirmó ayer el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, aunque dijo no saber la forma específica en que eso ocurrió. "No sé si de forma ilegal, pero salió del país", dijo el ministro. El programa Santo y Seña había dado cuenta de esta información en su programa emitido este miércoles.
Jihad Ahmad Diyad cruzó la frontera seca entre Uruguay y Brasil en el Chuy y no lo volvieron a ver. La embajada uruguaya en Brasilia no recibió notificación.
Sin decir adiós, Jihad se fue. El exrecluso de Guantánamo, Jihad Ahmad Diyab, que llegó a Uruguay en carácter de refugiado en diciembre de 2014, junto a otros cinco, ingresó a Brasil. Así lo confirmó ayer el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, aunque dijo no saber la forma específica en que eso ocurrió. "No sé si de forma ilegal, pero salió del país", dijo el ministro. El programa Santo y Seña había dado cuenta de esta información en su programa emitido este miércoles.
La Policía cree que los integrantes de esa comunidad
ayudaron a que Diyab se pudiera ir y presume que lo hizo sin los permisos
correspondientes. "Por el Chuy o por Rivera puede salir y, de hecho, hay
una cantidad de uruguayos que cruzan hacia el lado brasileño y regresan
después, pero no pasan por ningún registro", explicó Bonomi en una rueda
de prensa.
El ministro del Interior agregó que no hay conocimiento de
la documentación que Diyab utilizó para salir del país porque "no pasó por
ningún registro" de frontera del lado uruguayo.
Diyab ya había intentado cruzar antes a Brasil de forma
legal pero las autoridades de frontera brasileñas no le permitieron ingresar.
También había intentado viajar a Catar el año pasado, pero ese país árabe le
denegó la visa, informó una fuente del gobierno a El Observador. En febrero de
2015, tres meses después de llegar a Uruguay, Diyab viajó a Buenos Aires donde
solicitó al gobierno argentino que le diera refugio a otros liberados de
Guantánamo. En esa ocasión los funcionarios de migración no percibieron que
Diyab requería una visa por ser ciudadano sirio.
Uruguay no tenía ni la voluntad ni una razón específica para
intentar detener a Diyab.
Bonomi explicó que el estatuto del refugiado les permite a
los exreclusos de Guantánamo salir del país cuando quieran. "Uruguay no
les impide la salida del país, lo que tienen que tener es alguien que los
reciba", señaló. Al tener un documento de identidad uruguayo, Diyab podía
transitar libremente incluso fuera del país. Al no haber ninguna sospecha o
investigación en curso no había razón alguna como para intentar impedir la
salida del refugiado.
Sin embargo, Bonomi dijo que las autoridades de Brasil
pueden "no recibirlo legalmente" y que, en ese caso, podrían
"devolver" al exrecluso de Guantánamo a Uruguay.
El embajador uruguayo en Brasil, Carlos Amorín, explicó a El
Observador que mientras que no haya una situación de carácter judicial, la
embajada no tiene un rol para cumplir en este asunto. Asimismo, dijo que no
tuvo ninguna comunicación con la Cancillería brasileña por este tema.
Diyab era el más conflictivo y vocal del grupo y en varias
ocasiones había manifestado su disconformidad con la vida que llevaba en
Uruguay. Acusaba al expresidente, José Mujica, de no cumplir sus promesas y
dijo que era preferible quedarse en la cárcel a vivir en Uruguay.
"Voy a empezar la huelga de hambre. Voy a sentarme
delante de la embajada de Estados Unidos", manifestó y cumplió con su
amenaza. En otra ocasión hizo una demostración de alimentación forzada frente a
la embajada de Estados Unidos, tal como lo sometían en Guantánamo.
En una entrevista otorgada al semanario Búsqueda manifestó
su simpatía por el grupo radical islámico, Al Qaeda. "Yo nunca tuve nada
que ver con Al Qaeda, pero con el maltrato que recibí ahora me gusta Al Qaeda.
Ellos crean sus enemigos, entonces yo estoy contento con lo que hace Al
Qaeda", dijo el sirio en marzo.
En su momento, Diyab había sido catalogado por el
Departamento de Defensa de Estados Unidos como una amenaza de alto riesgo para
los Estados Unidos y sus aliados. Se lo había vinculado con grupos radicales
que operaban en Siria y Afganistán.
Fuente EL OBSERVADOR
Fuente EL OBSERVADOR