La gremial ruralista de esa zona de Florida quiere mejorar la calidad de vida de los habitantes, pero sufre la inseguridad
Un grupo de productores, nucleados en la Asociación Rural de Reboledo (ARR), vive la disyuntiva de continuar adelante con ambiciosos proyectos para mejorar el trabajo y la producción en el campo y el deseo de algunos de largar la toalla por los robos constantes de animales y otras propiedades.
Reboledo es una población ubicada al sureste del departamento de Florida, sobre la cuchilla de Chamizo, al norte de Casupá. Ubicada sobre la ruta 7, a la altura del kilómetro 123, es un pequeño centro de servicios donde habitan unas 400 personas, en una zona agrícola ganadera con lechería y forestación como complementos.
En la sede de la gremial, donde repicaba el martes pasado la lluvia en el techo, varios directivos recibieron a El Observador Agropecuario para charlar sobre la realidad. Fundada en 1935, la ARR cuenta en la actualidad con alrededor de 260 socios “y vamos creciendo”, dijo el presidente, Ricardo García Pintos. “La mayoría somos pequeños ganaderos intensivos, de menos de 200 hectáreas”, acotó.
Dos temas dominan la agenda y el ánimo de los productores de Reboledo. Por un lado, seguir impulsando los proyectos que mejoren la vida y retengan a la gente en el campo, apostando a la educación y la capacitación. Por otro, evitar que la gente se vaya porque no soporta los robos constantes de animales y otras propiedades.
Para lo primero apuestan a un curso de capacitación en el manejo de los ovinos, que comenzó para 18 jóvenes con el apoyo del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), y los proyectos de instalar un campo demostrativo de ovinos y una escuela agraria, todo ello en el predio de 11 hectáreas donde está la sede.
El directivo Héctor Pelfort recordó también que socios de la ARR se han sumado a los programas que impulsa Desarrollo Rural del Ministerio de Ganadería, “que están muy bien y los apoyamos a través de la Mesa de Desarrollo Departamental”, pero remarcó que la inseguridad rural es un tema “que preocupa. El abigeato no bajó, bajaron las denuncias. Y en la zona crece y se agrava”.
Yanet Cabaleiro, vocal de la ARR, contó que está pensando “abandonar el rubro ovino” luego de sufrir la pérdida “de tres a cuatro ovejas por robo”. Pero la indignación mayor es con la Justicia, que liberó a los dos ladrones capturados “en un control policial con los animales en el auto y, como eran primarios, los liberaron y les devolvieron el vehículo”.
En la reunión con El Observador Agropecuario también dio su testimonio el productor Alberto Bon, a quien le carnearon una vaquillona en el campo y “no me dejaron ni el mondongo”.
García Pintos dijo que “nos integramos en la comisión de seguridad rural de Florida, que se constituyó un mes atrás, pero nos llamó la atención que el único que faltó en la mesa fue el Poder Judicial”. Mientras luchan contra eso, los productores de Reboledo apuestan a sus proyectos. EL OBSERVADOR