Este colaborador de la prestigiosa revista AutoBild compró un SCEO de la marca Shuanghuan Automobile para ver cuánto duraba y después de 100 mil kilómetros decidió acabar con él.
Shuanghuan Automobile fue una de las primeras firmas chinas en llegar con sus productos a Europa, pero esta marca, fundada en 1988, empezó a tener problemas legales a comienzos del nuevo milenio porque sus vehículos eran copias 'no autorizadas' de carros de otras marcas. Uno de esos carros fue el SCEO que es el protagonista de esta historia.
El SCEO llegó al Salón del Automóvil de Frankfurt en 2007 y su llegada estuvo revestida de polémica debido a que 'calcaba' la parte posterior de la camioneta BMW X3 y los costados de la X3, mientras que el frente y el interior eran idénticos a los del Toyota Land Cruiser. Por esta razón, la firma BMW inició una batalla legal para impedir que este vehículo se vendiera en Alemania y, naturalemente, ganó.
Sin embargo, la pelea se extendió a otros países europeos, como Italia y en la región central del continente, y allí fue la marca china la que logró una victoria y pudo vender su camioneta SCEO. Y fue entonces cuando uno de los periodistas de la prestigiosa revista alemana AutoBild decidió comprar uno de estos modelos para verificar su duración.
Wolfgang Blaube, periodista alemán y especialista en carros clásicos, la compró y empezó a 'caminarla' para comprobar qué tan buena vejez tenía la camioneta china.
Y pues luego de 100.000 km de recorrido, hechos en poco más de 6 años, la camioneta no aguantó más, como tampoco la paciencia del señor Blaube ante los diferentes problemas mecánicos, óxido en diferentes piezas, de ajuste y desperfectos que surgieron en la SCEO.
Por esta razón, y con el apoyo de AutoBild, decidió golpearla, llenarla de agua y finalmente cargarla con explosivos y finalizar así la vida de esta SUV china. Ahora quedará ver si el artículo resultante resulta igual de destructivo que el desahogo de este periodista especializado. Fuente motor.com.co