lunes, 20 de octubre de 2014

Los uruguayos nos merecemos y podemos vivir mejor

Falta poco, casi nada. Tan sólo siete días nos separan de la elección nacional. El próximo domingo los uruguayos vamos a tomar una decisión trascendente cuando elijamos los candidatos a presidente que competirán el último fin de semana de noviembre y los senadores y diputados que nos representarán en el Parlamento.
En esta campaña se ha hablado mucho sobre nosotros, los candidatos, y poco sobre el ciudadano, el uruguayo que con su voto definirá el rumbo del país en los años por venir. Ese ciudadano, ese uruguayo, que va a tomar la decisión de votar necesita y se merece la mayor información posible.
Tiene derecho a saber, antes de decidir a quien votar, qué le propone cada candidato, comparar estilos, experiencia, capacidad, propuestas y programa.

Por ello es que hemos insistido en las últimas semanas en debatir, en exponer nuestras ideas y propuestas de forma conjunta, todos, para que el ciudadano pueda comparar, elegir, meditar su voto y decidir a quien acompañar, en quien confiar.
Los debates son eso, herramientas que le permiten al votante tomar mejor su decisión. No son un derecho de nosotros los candidatos sino una obligación de someternos al escrutinio del ocasional adversario, para que el uruguayo pueda observar, meditar y decidir su voto. Lamentablemente, no hemos tenido eco.
Ese intercambio respetuoso y tolerante, ha sido sustituido por declaraciones a distancia, por el bombardeo de la televisión a toda hora, por jingles sin contenido, y por el veredicto que semana a semana traen las encuestas y los opinólogos.
Pero las encuestas no votan. No deciden. No sustituyen, por suerte, al ciudadano. Es el ciudadano quien con su voto, personal e intransferible, decide. Las encuestas, además, llegan una vez más tarde.
En nuestro caso y el de nuestro partido, repiten una constante que es medir bajo en los meses previos a la elección y crecer rápidamente a pocas semanas de la misma. Desde que estoy en la vida política siempre me pronosticaron menos votos de los que finalmente obtuve. Esta vez no va a ser la excepción.
Creo que es por esa experiencia que, con Germán, no hemos aflojado ni por un instante en el esfuerzo, en la tarea de exponer nuestra propuesta, convencer, alentar y trabajar.
Siento que muchos uruguayos están valorando esa actitud de no rendirse pero sobre todo de mantener la coherencia de una propuesta fundamentada, estudiada, posible y compartible.
Las encuestas de esta semana volvieron a registrar lo que nosotros venimos sintiendo hace un tiempo: una adhesión superior a la de la elección de hace cinco años y una arremetida final que nos llena de ilusión y de esperanza.
Además, el creciente apoyo de los uruguayos a nuestra candidatura es lo que ha hecho crecer a la oposición.
Que va a seguir creciendo si logramos llegar con la propuesta, la información a cada uno. El uruguayo, por suerte, es exigente cuando llega el momento de decidir. Existen si los que tienen adhesiones partidarias fuertes, que les cuesta dejar. Pero ello no impide ser exigente, ver, comparar, y tomar la mejor decisión para él, su familia, su ciudad, nuestro país.
En definitiva en cada voto van los valores, sentimientos y sueños que se comparten y queremos alcanzar.
El voto que más vale es el que respalda las ideas y las propuestas que se comparten, empezando por mejorar lo que tenemos que mejorar, como la educación y la seguridad pública.
Los uruguayos nos merecemos y podemos vivir mejor. Para ellos es imprescindible cambiar el rumbo de una educación que hace años viene en retroceso y las políticas de seguridad ciudadana que nos han traído la situación en que hoy nos encontramos. Para ello hay que cambiar al gobierno el próximo 26.
Por ello pedimos el voto. Lo pedimos para trabajar y para gobernar. Para ocuparnos de los problemas del país y de los uruguayos, para hacer las cosas que tenemos que hacer y no hacemos. Sin ataduras ni compromisos con nadie más que con los uruguayos.
Para recuperar los valores de tolerancia, respeto, convivencia y libertad que compartimos. Para ello tenemos que tener claro el rumbo.
Queremos que la Educación vuelva a ser el gran igualador de oportunidades para cada uruguayo que nace. Queremos volver a Vivir en Paz, con tranquilidad.
Pero no sólo queremos.
Decimos claramente cómo lo vamos a hacer, cuál es el camino y la forma para hacerlo.
Por eso, le pedimos a usted, estimado lector, que medite bien su voto. Que recabe información. Que sea exigente con nosotros, compare propuestas, exigencias, compromiso, experiencia. Y, después, de ello, vote. Vote por Usted, por su familia, por su barrio, su pueblo, su ciudad. Vote por el Uruguay.

Por Pedro Bordaberry

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