La Policía encontró hoy, con indicaciones del hombre, el cuerpo enterrado de Noelia Ferraro de 31 años que estaba desaparecida misteriosamente desde el pasado jueves en Cerro Largo. El hombre dueño del campo en el que fue encontrada Noelia Ferraro, una profesora de Física de 31 años que vivía en Fraile Muerto y había desaparecido el jueves pasado, confesó ante la Policía haber asesinado a la joven. Luego de admitir el hecho, condujo a la Policía al lugar donde la enterró. Ahora declara ante la Justicia.Ferraro era intensamente buscada luego de haber desaparecido misteriosamente el jueves por la noche.
Ese día viajó como todos los días de Fraile Muerto a Melo en la empresa Turismar del turno de las 20:15 horas, junto a una hija de 16 años, quien también tenía que asistir a clases de Inglés. Una vez en la capital impartió las clases a sus alumnos, suspendió una reunión con un docente amigo y una clase particular con un alumno, argumentando problemas de agenda. Llovía torrencialmente en Melo, entonces el confeso homicida, un hombre de iniciales D.S. de 54 años con quien mantenía una relación amorosa, fue a buscarla.
Juntos se fueron a campaña, llegando ya casi a la medianoche al establecimiento. En el casco de la estancia, según la Policía, se habría producido una discusión por causas que aún no están del todo claras. Eso enfureció al hacendado que la agredió.
“Le provocó una muerte violenta” sostuvo el Subjefe de Policía de Cerro Largo Wilfredo Rodríguez. El jerarca policial indicó que el productor rural lo primero que quiso hacer fue ocultar el cuerpo. En ese momento cargó con la víctima en una camioneta, y recorrió unos seis kilómetros por un camino vecinal hasta ingresar a los fondos de su campo, en un monte, donde la enterró.
El sábado, el exesposo, adscripto del liceo de Fraile Muerto, y padre de su otro hijo de cinco años, al notar su ausencia, llamó al liceo de Melo y le respondieron que no había asistido el viernes, por lo que denunció a la Policía.
Hoy con indicaciones del hombre, el cuerpo de la mujer fue encontrado este lunes, enterrado en un pajonal de un monte cercano a las costas del Arroyo Tarariras.
El hombre además de ser dueño de ese campo es propietario de unas 1.000 hectáreas de campo en Laguna del Junco, a 90 kilómetros de Melo.
Nota EL PAIS
